sábado, 21 de julio de 2007

20 aniversario de Appetite for destruction

Olvidémonos por unos instantes de los Guns N´Roses actuales. Dejemos a un lado a Axl Rose con sus ridículas trenzas, su rostro embutido y lo que es más importante sin una canción digna que ofrecer desde hace ya demasiado tiempo. Viajemos al pasado. A hace 20 años, a la ciudad de Los Ángeles. Mejor dicho a las cloacas de la ciudad angelina. Allí habitan cinco tipos que viven como ratas. Pasan el día bebiendo vino barato y drogándose pero también quieren decir en alto unas cuantas cosas. Más bien lo quieren escupir en el rostro de la bienpensante sociedad norteamericana.

De esta forma se gestó uno de los debuts más impresionantes de la historia del rock: Appetite for destruction. Axl Rose, Slash, Duff McKagan, Izzy Stradlin y Steven Adler juntaron toda su experiencia angelina en un cóctel explosivo que aglutinaba rock´n roll clásico, hard rock sucio y una urgencia claramente punk. Y es que a pesar de que el sonido no encaja en el estilo en el que destacaron Sex Pistols, Ramones o The Clash su agresividad y la forma en que el grupo lo interpreta lo liga ineludiblemente a ese tipo de música.

El comienzo con la histérica voz de Axl Rose “Welcome to the jungle, we got fun´n games, we got everything you want…" nos lleva a un viaje por la parte mugrienta de Los Angeles a través de los tres pilares básicos, tal vez muy sobados, pero que en este disco vuelven a ser reales: sexo, drogas y rock´n roll. A raudales además. Las doce canciones del disco están al mismo nivel. No hay lugar para el relleno. Aquí nos encontramos a cinco músicos en la misma onda y con las mismas inquietudes.

A pesar de que las ventas del Appetite supera los 30 millones de copias le costó arrancar, al menos un año en Estados Unidos y algo más en Europa. Sweet Child O´Mine catapultó al disco a lo más alto de las listas yanquis y a partir de ahí otras como My Michelle, Mr. Brownstone o Nightrain hicieron posible que la a menudo blandengue década de los 80 finalizase con suciedad y provocación a mansalva. Bien entrado el año 90 llegó a mis manos el vinilo y a partir de ahí el huracán Guns N´ Roses barrió todo lo que pilló a su paso.